La alimentación en el Síndrome de Down

Las causas de discapacidad intelectual son multifactoriales. El síndrome de Down es una alteración genética cromosómica en la cual existe una copia adicional del cromosoma 21 del bebé, dando lugar a 47 cromosomas en total en lugar de 46.

Alimentación para personas con Síndrome de Down

La alimentación y el estilo de vida tienen un papel fundamental para el estado de salud de las personas con síndrome de Down.

La obesidad es un problema para la salud de la población en general, en personas con síndrome de Down no es la excepción. La comida es con frecuencia el foco central de la vida de estas personas, las personas con este síndrome tienden a tener un mayor grado de adiposidad, es decir, de grasa corporal. La distribución de la grasa varía con la edad, el sexo, el grupo étnico, la alimentación y el ejercicio que pueda realizar.

El exceso de grasa contribuye a padecer problemas metabólicos como en cualquier población.

El entorno familiar

El papel y el apoyo de los padres, familiares o tutores de la persona con síndrome de Down es fundamental e importante, la conciencia de moderación y elección de hábitos saludables es resultado de una educación y supervisión adecuada.

Promover un estilo de vida saludable favorece la salud y se debe compartir con su entorno familiar y social.

Recomendaciones para ese cromosoma de más  

Las personas con síndrome de Down tienen un mayor riesgo de sufrir obesidad y sobrepeso, su estatura tiende a ser menor a la de la media y su actividad física es menor, por tanto los requerimiento energéticos son menores.

Es importante que, como en todo plan nutricional, este debe de ser personalizado, tomando en cuenta cada una de las necesidades especiales del individuo, algunas recomendaciones generales son:

  1. Tener una alimentación variada incluyendo cereales, frutas, vegetales, carnes y derivados, leche y productos lácteos.
  2. En caso de alguna alteración gastrointestinal como reflujo evitar alimentos ácidos y en caso de estreñimiento promover el consumo de agua y fibra (cereales integrales, frutas y verduras).
  3. Evitar los alimentos que causen algún tipo de intolerancia o alergia.
  4. El consumo de grasas debe ser limitado, se deben preferir las de origen vegetal como el aceite de oliva y el de girasol.
  5. Favorecer el uso de técnicas culinarias sencillas como el asado, al horno, cocidos, al vapor o a la plancha y moderar el uso de técnicas culinarias en las que se utilicen gran cantidad de grasa como frituras, guisos o rebozados.
  6. Cocine con imaginación, elaborando recetas apetitosas y saludables.
  7. Si se tiene algún problema de masticación, los alimentos se deben de adecuar modificando su textura para su fácil deglución.
  8. Las personas con síndrome de Down tienen conciencia del cuidado hacia su salud, por tanto debe promoverse la actividad física y el consumo de una dieta equilibrada, moderada y variada.

Actividad física para todos

Francisco Javier Lafuente es una persona con síndrome de Down de España. Él es entusiasta y está disfrutando de una sopa en un restaurante japonés en Marruecos. Foto: Antonio Lafuente

Francisco Javier Lafuente es una persona con síndrome de Down de España. Él es entusiasta y está disfrutando de una sopa en un restaurante japonés en Marruecos. Foto: Antonio Lafuente

La actividad física es importante para prevenir enfermedades cardiovasculares en personas con síndrome de Down. Al realizar la actividad física se debe tomar en cuenta las condiciones físicas y psíquicas individuales, promueva que lapersona elija alguna actividad que sea de su agrado, hay tantas actividades a elegir, desde salir a caminar, correr, bailar, nadar, jugar al futbol y otras muchas más, sin olvidar realizar previamente un calentamiento progresivo y un estiramiento al terminar. Ante cualquier lesión habrá que recuperarse totalmente antes de volver a la actividad. La actividad física además ayuda a las personas con síndrome de Down a tener una mejor integración social y autonomía.

En conclusión:                                               

La motivación, educación, supervisión y apoyo por parte de los padres, familiares o tutores de personas con síndrome de Down es imprescindible, ya que esto conlleva a elecciones independientes correctas.

El sedentarismo es el factor de riego más importante para la salud cardiovascular, la promoción de hábitos saludables en alimentación y el ejercicio físico mejoran la calidad de vida. También se puede recurrir a un apoyo profesional para un correcto asesoramiento nutricional.

Más información en este enlace.

Referencias:

Arroyo Izaga M, Ansótegui Alday L, Rocandio Pablo A. La alimentación de personas con discapacidades: cumplimiento de las recomendaciones para la ingesta de alimentos y nutrientes. Osasunaz 2006 21/11/2005;7:139-150.

Gallar Pérez-Albaladejo M. Hábitos dietéticos y problemas alimentarios y nutricionales en personas adultas con discapacidad intelectual leve-moderada. Alicante: Universidad de Alicante. Departamento de Enfermería; 2014.

García Jiménez MT. Nutrición y discapacidad. Importancia y posibilidad de prevención. Prevención de deficiencias 2011:475-500.

Soler Marin A, Xandri Graupera JM. Nutritional status of intellectual disabled persons with Down syndrome. Nutr Hosp 2011 Sep-Oct;26(5):1059-1066.