¿Qué son los alimentos funcionales y a qué le llamamos “superalimento”?

¿Son los alimentos funcionales y los “súperalimentos” lo mismo? El término “súperalimentos” o “superfoods” se ha utilizado estos últimos años en beneficio de la publicidad, pero la realidad es que no tiene definición científica, ni especifica qué beneficios tiene el alimento. En cambio, la palabra “funcional” nos da a entender que el alimento, además de su valor nutritivo, aporta algún efecto añadido y beneficioso para la salud que va más allá de la estricta nutrición y que puede ser preventivo o terapéutico.

 A continuación mencionaré tres de los más importantes:

El primero es capaz de disminuir el colesterol en sangre, pues evita su absorción a nivel intestinal. De esta manera, disminuye el riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares. Si tienes una alta ingesta de verduras, puedes asegurar que consumes estos componentes llamados “fitoesteroles”. Además de encontrarse naturalmente en aceites vegetales, nueces y cereales, la industria ha fortificado las margarinas para proporcionarnos sus beneficios, y para llegar a su ingesta recomendada (2 g/día) existen suplementos en comprimidos y batidos.

¿Alguna vez has escuchado que existen alimentos que disminuyen los síntomas de la menopausia o las probabilidades de padecer cáncer de mama? Los sofocos, la sudoración, el insomnio y la depresión en la menopausia pueden disminuir con la ingesta de “fitoestrógenos”, pues cumplen la función que los estrógenos no logran en esta etapa. Como su nombre indica, los fitoestrógenos tienen un pequeño efecto estrogénico que modera la función de esta hormona, aumentando o disminuyendo sus efectos. Si el caso trata de disminuir los efectos del estrógeno, estos compuestos podrían actuar como preventivos del cáncer de mama. La fuente principal de los fitoestrógenos son los productos que contienen soja, especialmente la proteína de soja (contienen un fitoestrógeno llamado isoflavina, que es bastante activo). Cabe destacar que algunas frutas, verduras y frutos secos contienen fitoestrógenos del grupo de los “lignanos”, que aunque actúan como las isoflavinas, son menos activos.

Por último, pero no menos importante, se encuentran los “probióticos”, cuya función principal es colonizar el intestino y hacer un ambiente inadecuado para bacterias patógenas, así como mejorar el funcionamiento intestinal. Los lactobacilos, populares por habitar en el yogur, queso, kéfir, etc. son probióticos con dicha actividad protectora, así como las bifidobacterias presentes en la leche materna.

En conclusión, el consumo de “alimentos funcionales” va más allá del de vitaminas y minerales que entran en la nutrición básica. Son más bien compuestos que se encuentran de manera natural o se añaden en los alimentos y que aportan diferentes beneficios si los consumimos, pero no causan deficiencias si no lo hacemos.

¿Consumes suficientes alimentos funcionales en tu dieta? Cuéntanos qué te parecen estos beneficios.

BIBLIOGRAFÍA:

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  2. European Food Information Council (EUFIC), “Functional Foods”, 2006: http://www.eufic.org/article/en/nutrition/functional-foods/expid/basics-functional-foods/
  3. Gil, A; “Tratado de Nutrición Tomo II: Composición y Calidad Nutritiva de los Alimentos”, 2010, SENPE (Sociedad Española de Nutrición Enteral y Parenteral).
  4. Web, J; “Complementos Nutricionales y Alimentos Funcionales”, 2007.
  5. Blumberg, J; “What is a ‘superfood’?”, 2016, Food Insight: http://www.foodinsight.org/superfood-functional-food-nutrition-marketing

Daniela Cantú Marroquín

Estudiante en prácticas del Tecnológico de Monterrey