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Pequeños cambios para comer mejor

  • Autor: Agencia de Salud Pública de Cataluña Departamento de Salud. Generalitat de Catalunya
Pequeños cambios para comer mejor

El acto de comer, además de ser un proceso nutritivo, tiene importantes connotaciones de convivencia —proporción de placer, establecimiento de relaciones afectivas, identificación social y religiosa, etc.— que configuran la conducta alimentaria y pueden repercutir en el estado de salud de la persona. Las distintas maneras de comer de cada país están definidas, entre otros factores, por el territorio, las tradiciones, la historia, la producción y la economía. No cabe duda de que la comida es un elemento de identificación cultural; por lo tanto, es importante mantener y potenciar los hábitos alimentarios propios del área mediterránea, adaptados a los cambios sociológicos y culturales que van produciéndose.

La alimentación es suficiente, completa y equilibrada cuando cubre, en idóneas cantidades y proporciones, las necesidades nutritivas y calóricas requeridas por el organismo en las distintas etapas de la vida.

Dichos nutrientes sobre todo deberán provenir de alimentos frescos, poco procesados o sin procesar y principalmente vegetales, evitando los alimentos de baja calidad nutricional y las bebidas alcohólicas. Una alimentación saludable debe poderse adaptar a las características individuales y también sociales, culturales y del entorno. Pero, además, la

alimentación debe ser satisfactoria, agradable y aportar placer sensorial. Por descontado, debe ser segura, es decir, no ha de contener contaminantes ni tóxicos que conlleven un riesgo para la salud. Por último, debe ser respetuosa con el medio ambiente, preservando los recursos, generando los menos residuos posibles y potenciando el desarrollo agroalimentario local y los productos de temporada. Y todo ello ha de ser una propuesta viable con un presupuesto razonable, que no excluya a nadie.

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